Todos tenemos una historia familiar… incluso los personajes de Disney (esos, más que nadie, de hecho…)
Seguro que has visto Encanto, Los Increíbles o El Rey León. Lo que quizá no habías notado es que todas esas películas reflejan conflictos familiares profundamente sistémicos: exclusión, confusión de roles, jerarquía alterada…
No son solo películas para niños. Son espejos de lo que ocurre, muchas veces en silencio, en nuestras propias familias. Y cuando las miras con ojos sistémicos, todo cobra otro sentido.
Aquí van 3 claves para comprender mejor tu historia familiar a través de estas películas.
En Encanto, Bruno es el excluido. Nadie lo nombra, nadie quiere verlo. Y sin embargo, sigue formando parte del sistema.
Porque en Sistémica-HS® uno de los principios fundamentales es que todo lo que se excluye… regresa.
Mirabel, que aparentemente no tiene un don, carga con la misión de restaurar esa pertenencia. Ella ve lo que otros niegan. Y solo cuando todos son incluidos, la casa (símbolo del sistema familiar) se recompone.
En tu familia puede haber un Bruno:
Cuando alguien es excluido, otro miembro, por amor ciego, ocupa su lugar o carga con su peso. Esto puede manifestarse como síntomas emocionales, bloqueos o conflictos repetidos.
¿Has sentido alguna vez que llevabas algo que no era tuyo? ¿Una tristeza sin origen? Tal vez estás expresando lo que el sistema no pudo nombrar.
La familia Parr tiene superpoderes… y un desorden brutal.
Esto pasa cuando los roles familiares se confunden, cuando uno hace de otro, cuando no hay límites claros y cada quien toma el lugar que puede, no el que le corresponde.
¿Eres capaz de ver situaciones similares en la vida real?
Te doy unos cuantos ejemplos…
La consecuencia suele ser agotamiento, rebeldía, sensación de no encajar o dificultad para desarrollar una identidad propia. Un hijo no puede ser libre si está ocupado cumpliendo el rol de cuidador o salvador; en Sistémica-HS®, cada uno tiene un lugar y una función.
Cuando ese lugar se respeta, hay fuerza. Cuando se confunde, hay carga..
Simba huye de su lugar tras la muerte de su padre. Scar toma el poder y lo utiliza para destruir. El reino cae en caos hasta que Simba regresa, asume su responsabilidad y ocupa el lugar que le corresponde.
En los sistemas familiares ocurre lo mismo:
Y esto no es jerarquía autoritaria, sino orden natural. Cuando cada uno asume su función —padre como padre, hijo como hijo—, los vínculos fluyen con más claridad, respeto y alivio.
¿Quién no conoce a una familia en la que el hijo mayor se convierte en sostén emocional de la madre o la abuela dirige todo aunque ya no le toque?
El orden de un sistema no se da por jerarquía autoritaria, sino por reconocimiento de las funciones naturales.
Cuando cada quien ocupa su lugar, los vínculos fluyen con más respeto, claridad y calma.
La Sistémica-HS® permite mirar más allá de lo evidente.
No se trata de culpar ni de cambiar a nadie, sino de ver el sistema en su conjunto: qué se excluyó, qué se desplazó, qué se cargó. Porque muchas veces, y sin saberlo, repetimos historias que ni conocemos: pérdidas no lloradas, roles mal asignados, secretos que pesan.
Sanar no siempre es intervenir; a veces basta con mirar y reconocer.
Cuando miras tu sistema familiar con ojos sistémicos, dejas de culpar y empiezas a comprender. Y eso, el 99% de las veces, ya es un cambio profundo.
Y ni siquiera allí.
Lo que Disney no te contó es que esas historias están llenas de heridas no resueltas, de patrones heredados y de lugares mal ocupados.
De hecho, date cuenta… En Disney, los finales felices llegan cuando los sistemas se reordenan:
Tu familia también puede encontrar su equilibrio.
Y el primer paso es mirarla con otros ojos: con ojos sistémicos.