Hay personas que, sin darse cuenta, tropiezan una y otra vez con los mismos problemas laborales. Siempre acaban teniendo conflictos con la autoridad, siempre acaban sobrecargados, o siempre se sienten invisibles aunque lo den todo.
Con frecuencia, esas situaciones no se originan en el trabajo, sino mucho antes.
En casa de cada uno. En la historia familiar.
La Sistémica-HS® nos permite ver que detrás del estancamiento profesional puede haber lealtades invisibles: vínculos emocionales que nos atan al sufrimiento, al sacrificio o al rechazo de lo que fue.
Y en muchos casos, todo esto se resume en una ley: la Ley de la Aceptación.
Esta ley nos recuerda que no podemos cambiar nada si antes no lo aceptamos. Y eso incluye nuestra historia, nuestras raíces, y a las personas que nos precedieron. Cuando excluimos algo o a alguien del sistema familiar (por vergüenza, dolor o juicio), esa energía no desaparece: alguien, en otra o en esta generación, tratará de compensarlo.
En el entorno laboral, esto se traduce en lealtades inconscientes que sabotean el desempeño:
Todo esto ocurre sin que seamos conscientes. Pero el cuerpo lo sabe… y el alma también.
En una ocasión , acompañé a una profesional brillante, con formación internacional y un puesto directivo en una empresa multinacional. Todo iba bien… excepto que no avanzaba. Aunque parecía que estaba en el lugar adecuado, procrastinaba tareas clave, posponía decisiones importantes y, sobre todo, evitaba visibilizar sus logros.
En la configuración sistémica emergió un patrón muy claro. Su abuela materna había renunciado a todo por cuidar de los hijos. Y su madre había sido despedida tras años de trabajo mal remunerado.
El mensaje interiorizado era: «Las mujeres de mi familia no brillan en lo profesional». Ser visible, tener éxito, era inconscientemente vivido como una traición a esa fidelidad.
Solo cuando pudo mirar esa historia con respeto y honrarla sin necesidad de repetirla, algo cambió; pudo sostener su lugar sin culpa.
Comenzó a delegar, a asumir liderazgo con claridad, y a sentirse merecedora del lugar que ocupaba. A partir de ahí, no solo mejoraron los resultados del equipo, sino también su bienestar personal. Por primera vez, liderar dejó de pesarle.
Si hay una parte de ti que siente que da todo pero no avanza, prueba a mirar más allá de la superficie. Algunas claves para empezar:
No todo lo que te limita te pertenece. A veces, solo estás sosteniendo lo que otro no pudo resolver.
Aceptar no es rendirse, es dejar de luchar contra algo que ya fue. La Ley de la Aceptación nos permite mirar de frente nuestra historia familiar sin necesidad de repetirla. Y eso, en el ámbito profesional, puede marcar la diferencia entre sobrevivir en un puesto y ocuparlo con plenitud.
Esta ley es uno de los pilares de la Sistémica-HS®, la metodología que he desarrollado tras más de 40 años liderando y acompañando equipos. Para seguir aprendiendo de esta ley y del método, te sugiero mi libro LIDERA, con la Sistémica-HS®, 360º, donde la explico con más profundidad, junto con otras leyes que te ayudarán a liderar sin cargar con historias que no son tuyas.