Hablar no es (solo) comunicar. 

En el entorno laboral, muchas veces lo que se dice NO importa tanto como desde dónde se dice. Puedes tener razón, tener buenos argumentos, incluso tener autoridad. Pero si no estás hablando desde tu lugar, el mensaje no llega. O, peor aún, genera resistencia.

Desde la metodología sistémica, la comunicación efectiva comienza por el orden interno. Es decir, por reconocer cuál es tu lugar real dentro del sistema, y desde ahí, comunicar.

¿Qué significa comunicar desde tu lugar?

Hay muchos líderes que, por miedo al rechazo o al conflicto, se posicionan como “uno más” dentro del equipo, diluyendo su autoridad. Otros, en el extremo opuesto, imponen decisiones sin escuchar, rompiendo la dinámica del sistema. También los hay que, creyendo delegar, trasladan a otras personas responsabilidades que no les corresponden, generando confusión, frustración y desorden.

En todos estos casos, el problema no es solo de estilo comunicativo, sino de lugar interno desde el que se habla.

La Sistémica-HS®  permite detectar estas incoherencias: 

Quién está hablando desde un rol que no le pertenece, quién evita ocupar su sitio real, o quién está cargando con algo que en realidad no le corresponde. Una vez ordenado el sistema, la comunicación fluye con más claridad, y el equipo responde de forma más receptiva.

Cuando cada uno habla desde su lugar, sin invadir ni ceder espacios, el sistema se alinea. Las tensiones bajan y la autoridad se vuelve natural, no impuesta.

Y cuando todo funciona como un reloj, los resultados, inevitablemente, llegan.

Claves para comunicar con orden y sin conflictos

La comunicación eficaz no depende solo de lo que se dice, sino de la energía y el lugar desde donde se dice. Estas claves te pueden ayudar a encontrar ese equilibrio necesario en el entorno laboral:

  1. Antes de hablar, ubícate: identifica si estás ocupando el rol que te corresponde en ese contexto.

  2. Respeta el lugar del otro: evita invadir funciones, corregir desde arriba o responsabilizar a quien no tiene poder de decisión.

  3. No hables para justificarte: si te sientes inseguro, revisa si estás comunicando para validar tu lugar en lugar de ejercerlo.

  4. Cuida el tono: más que las palabras, lo que se transmite es la postura interna desde donde se emite el mensaje.

  5. Sé claro y directo: la confusión suele ser síntoma de desorden interno.

Estas pautas no son recetas mágicas, pero aplicadas con consciencia sistémica pueden transformar profundamente la calidad de la comunicación dentro de un equipo.

Y no te preocupes si al principio te cuesta un poco; te garantizo que en pocos días va a salirte de manera natural.

Lo que la sistémica aporta a la comunicación laboral

No se trata solo de técnicas de comunicación asertiva para comunicar sin conflictos. Se trata de mirar el sistema y preguntarte: 

¿Qué está queriendo mostrarse aquí?
¿Estoy hablando desde mi rol o desde una “herida”?
¿Estoy diciendo algo al equipo o intentando sanar algo en mí?

Cuando integras esa conciencia, hablar se vuelve más fácil. Y sobre todo, más efectivo.

Si quieres mejorar tu forma de comunicarte con más consciencia, sin forzar ni generar resistencia, suscríbete a las Cartas Sistémicas  y empieza a transformar tu manera de comunicar desde dentro.

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